Los síntomas se intensifican en menos de una semana después de la infección, forzando al infectado a acostarse, produciéndose cada vez más fuertes síntomas de alteración vasculares, renales, hematológicos y neurológicos. Este estado no dura más de 20 días.
Si no se lo trata, la mortalidad de la FHA alcanza el 30 %.
Los síntomas que presenta se inician con un cuadro de fiebre, decaimiento y dolor de cabeza. Luego pueden presentarse dolores musculares, de articulaciones, detrás de los ojos, mareos, náuseas y vómitos. Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas es importante consultar al médico ya que existe un tratamiento que, si de administra a timpo aumenta las posibilidades de curar la enfermedad. La vacunación es la principal forma de prevenir la FHA, es altamente eficaz y se encuentra en el calendario oficial en Argentina y está disponible en los efectores dispuestos por el Ministerio de Salud.
También existen otras formas de prevención, como son: mantener una higiene cuidadosa ( principalmente manos y cambio de ropas) cuando se hayan frecuentado zonas con roedores, no introducir tallos, hojas o granos en la boca, no acostarse sobre bolsas o en el suelo, o utilizar calzado
cerrado.
Fuentes:
https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/hemorrhagicfevers.html
http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=69032
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