A pesar de los beneficios ampliamente demostrados de las vacunas,
según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada cinco
niños en el mundo no recibe la vacunación rutinaria. Por ello, este
organismo calcula que mueren cada año alrededor de millón y medio de menores.
La
organización ha declarado su preocupación por la corriente de
resistencia a las vacunas, uno de los obstáculos para que se alcancen
los objetivos de inmunización pese a que hay disponibilidad de vacunas.
No
existe un perfil de clase social, origen nacional o étnico que rechace
más que otro las vacunas, ya que un alto nivel de educación no significa una aceptación automática de las vacunas.
Tampoco dependen del nivel socioeconómico del país, pues ha recordado que en el pasado se observaron fuertes corrientes de rechazo
en una región de Reino Unido, donde llegó arraigarse la creencia de que
ciertas vacunas causaban graves dolencias neurológicas en niños.
El representante de la OMS también ha mencionado el caso más actual de cierto rechazo a la vacuna contra la hepatitis B en Francia, aunque reconoció que no se cuentan con estimaciones sobre el nivel de rechazo existente en éste y otros países.
El rechazo a las vacunas puede atribuirse a varios factores, como las creencias basadas en mitos, la desinformación, la desconfianza
en los profesionales de salud o en el sistema sanitario, la influencia
de los líderes comunitarios, los costes y las barreras geográficas.
Incluso el miedo a las agujas wactúa
como factor disuasorio, por lo que la OMS emitirá próximamente una
serie de recomendaciones para mitigar el dolor al momento de la
inyección.
Por ello, no queremos dejar de señalar que vacunarse tiene sus riesgos, pero son mucho menores y menos graves que las consecuencias que puede tener la no vacunación. Conciencia a los padres de que vacunen, no dejes que sucedan cosas evitables.
Muchas gracias por todo,hasta la próxima.
Alicia