Primero, os hablaremos un poco de la fiebre tifoidea, la cual es una enfermedad grave, causada por una bacteria denominada Salmonella Typhi. La fiebre tifoidea produce fiebre alta, cansancio, debilidad, dolor estomacal, dolor de cabeza, pérdida del apetito y, en ocasiones, un sarpullido. Si no se trata, puede ser mortal hasta en el 30% de los casos. Algunas personas que la contraen se convierten en portadoras, que pueden trasmitir la enfermedad a otros. En general, esta enfermedad se contrae a través de alimentos o agua contaminados.
Las vacunas contra la fiebre tifoidea pueden prevenir esta enfermedad. Existen dos vacunas para prevenirla: una es una vacuna inactivada (muerta) que se administra en forma de inyección y la otra es una vacuna viva atenuada (debilitada) que se toma por vía oral.
Esta vacuna, como la mayoría de las otras, tiene sus riesgos y puede ocasionar, en un porcentaje muy bajo de las personas a las que se le administra esta vacuna, como que se produzca una reacción alérgica grave.
La administración no se recomienda a toda la población, sino a aquellas que se encuentren en riesgo de contraer la enfermedad, como por ejemplo las personas que viajen a lugares del mundo donde es habitual la fiebre tifoidea, aquellas que estén en contacto con personas con esta enfermedad o personas que trabajan en laboratorios con Salmonella Typhi.
Esperamos que os sirva de ayuda,¡hasta la próxima!
Fuentes:
http://www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/sanidadExterior/docs/FIEBRE_AMARILLA.pdf
http://www.vacunas.org/es/info-publico/que-puedo-prevenir/116801-fiebre-amarilla
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